lunes, 8 de abril de 2013

Inspirándonos en el realismo sucio de Bukowski

Los fanzines siempre se han desarrollado dentro de una escena artística underground de múltiples disciplinas marginales.

 En el plano de la literatura uno de los máximos exponentes es Charles Bukowski. Bukowski, a través de su álter ego Henry Chinaski (el escritor antihéroe), nos transporta a las calles de los Ángeles, a las barras de oscuros antros, a los pisos de alquiler más cutres y a los personajes más perturbados del lumpen, a través de su realismo sucio.

Hoy en Escuela de Marte os dejamos un pasaje de uno de los libros más conocidos de Bukowski, Factotum. Inspiraros con esta sucia y divertida historia en la que EL CUERPO de Chinaski arde para matar a esos jodidos bichos:


"De vuelta al apartamento me desnudé y leí las instrucciones. La pomada tenía que aplicarse en las parte invadidas y aguardar treinta minutos. Puse la radio, encontré una sinfonía y apreté el tubo de la pomada. Era verde. Me la apliqué con profusión. Luego me tumbé en la cama y vigilé el reloj. Pasaron treinta minutos. Como, odiaba a esas ladillas, lo dejaría actuar una hora. Después de cuarenta y cinco minutos comenzó a arderme. Mataré hasta la última puta ladilla, pensé. El ardor aumentó. Rodé por la cama y apreté los puños. Escuché a Beethoven. Escuché a Brahms, me levanté. Había pasado una hora. Llené la bañera, me metí y me quité la pomada. Cuando salí de la bañera, no podía andar. El interior de mis muslos estaba abrasado, mis pelotas estaban abrasadas, mi tripa estaba abrasada, de un espantoso rojo flamígero, parecía un orangután. Anduve muy lentamente hacia la cama. Al menos había matado a las ladillas, las había visto irse por el sumidero de la bañera".

Factotum, Charles Bukoski

No hay comentarios:

Publicar un comentario